misterio de la montaña SEGUNDA PARTE

El misterio de la montaña
Por Hanel Bluma
Segunda parte

El día empezaba tranquilo en la casa Valentine, Adelia se preparo temprano ese día para hacer sus ejercicios diarios. Se coloco el pans, hizo sus calentamientos, y salio a correr. A veces por el tiempo duraba una hora, otras en menos tiempo, por que siempre le esperaba el trabajo. En esta semana era muy dura por un caso muy importante, la cual no dejaba de pensar.

Cuando regreso, se apresuro al entrar a la casa, subió rápidamente a bañarse alistándose al trabajo. Bajo para preparar el desayuno, acomodando los platos del comedor.

Uff ahora lo difícil, despertar a esos dos. Subió a su cuarto, la cama estaba hecha un desastre, mientras se había ido, las cobijas parecían un bulto enorme. Ahí abajo debería estar una mujer esperando a ser despertada.

Adelia, poco a poco quito la tela, para encontrar una cabellera rubia enterrada en ellos.

- Jacky, Jacky, despierta corazón- Quitándole mas cobijas, sentándose a un lado de ella- Jacky es hora de despertar- le da un tierno beso en el cuello.

Esto le ayuda a abrir los ojos a Jacky, pero los cierra inmediatamente por la luz, y se hace bolita dentro de lo que ya Adelia le había quitado. Su compañera la besa otra vez adentro de las cobijas, y ayuda a sacarla de ahí, La rubia esta mas despierta.

- Ya esta el desayuno, vamos a desayudar que ya tengo que irme- dijo cariñosamente Adelia

- Si, ya voyyyyy- dijo esto ultimo bostezando- para desayunar, lo capto- cayéndose en la cama otra vez- muack le mando besos ha Adelia.

- Voy a levantar a Daniel, tiene que desayunar, te quiero abajo ya corazón, muack- la beso y le dio una palmada en el trasero, haciendo despertar a Jacky en un santiamén.

Ya encaminada al pasillo, Jacky la miro y le mando besos

- Te amo- sonrió ella

- También yo- Contesto Adelia

Entro al cuarto del pequeño, sus juguetes estaban por todos lados pero acomodados como debía ser, Jacky lo estaba educando muy bien haciéndolo responsable de su propio espacio. Bueno ella también ayudaba en sus momentos por que su pareja siempre tenía debilidad con Daniel. Se coloco a unos pasos en la cama del pequeño. No tenia idea de cómo lo podría despegar cuando Daniel asistiera a clases por primera vez. Seguro que los dos chillarían y se amarrarían como pulpos, más Jacky, pero tendría que ser fuerte para que no se fueran a la casa los dos.

- Daniel, Pequeño, vamos tienes que levantarte- Le quito las pequeñas cobijas, con un tono mas alto- Vamos arriba, a desayunar.

No podía creer que los dos fueran así, madre he hijo, son el uno al otro, cortaditos con la misma tijera. Ninguno de los dos se podían levantar temprano.

Jacky ya estaba abajo sentada con unos ojos mas cerrados que no sabia cuando se caería al plato del desayuno, sus cabello estaba todo alborotado daba risa. El pequeño no estaba mejor.

Adelia desayuno rápido y se fue despidiéndose de ellos, aunque no sabia si la habían escuchado, pero que estaban tan dormidos, pobres, pero si no los despertaba, se quedarían todo el día dormidos.

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Adelia estuvo ocupada todo el día, entre un juzgado a otro.

En la casa de la montaña, todo estaba muy tranquilo, el niño jugaba afuera, mientras que Jacky estaba concentrada en escribir. Se las ingeniaba en colocar frases inteligentes y secuaces en todo su escrito, se alegraba de que fuera una continuación, en su vida lo había hecho, pero esta novela le había dando por mucho escribir hasta que su editor lo vio y le menciono que era mejor dividirlo en partes.

Estaba tan absorta en el escrito que salto cuando su pequeño entro por la puerta del estudio gritando.

- Mami, mami- Llego al cuarto muy emocionado, sus ojos su sonrisa le brillaban de pura alegría. – Mami, mira lo que la sorpresa que te tengo- Agarrando algo con sus dos pequeñas manitas.

- Vamos a ver corazón, que es lo que traes ahí?- Dejo la mesa, para colocarse cerca de su hijo a su mismo nivel.- Enséñame abre tus manitas.- sonriéndole a su hijo.

El pequeño abrió la mano, salio algo de ella, se movió rápido, para escapar, centellaba colores muy lindos, Jacky y Daniel miraban como se desplazaba, estaba viva, lo que se movía lo hacia tan armonioso, sus alas brillaban a la luz. Jacky agarro a su hijo que se había aventado a sus brazos.

- Mami te gusto la sorpresa?- sonriéndole cerca de su cara- jijiijj

- Me encanto la sorpresa corazón, es una hermosa mariposa- abrazándolo mas.

Alzo a Daniel, para que viera mas de cerca de la mariposa, mientras que esta se dirigía hacia la ventana para salir por ella. Su hijo es su adoración; siempre alegre, juguetón, dinámico, le encantaba aprender, se sentía muy dichosa de tenerlo.

- Vamos es hora de almorzar- bajándolo para que caminara- Adelia siempre decía que debía dejarlo a el solo hacer sus cosas. Si le costaba dejarlo suelto por un minuto, pero es por que, siempre quiere tenerlo protegido. son cuestiones de madre – pensaba ella.- Preparare algo delicioso para los dos.

- Si, mami- abrazando su pierna- voy a lavarme las manitas.

- Ve corazón, yo te espero en la cocina- Caminando hacia allá, viendo como su hijo se metía al baño.

Los baños tanto el de arriba como el de abajo, estaban acoplados para la estatura de Daniel y su crecimiento. Tenía su propia toalla para las manos su propio mini jabón, su cepillo de dientes, con su pasta.

Mientras Jacky cocinaba un almuerzo para los dos; pensaba alegre en su novela, los matices del misterio estaban a flote, acomodándose en su mente. Arreglo la mesa. Todo lindo par a los dos, coloco el vaso preferido de Daniel.

Lo que no sabía, es que la mesa no se usaría otra vez.

Continuara…